Deleuze me dice el amor (también)

El valor trágico
de la ensoñación,
la experiencia trascendida
en la experiencia,
en el decir
Otro,

(del) Devenir
nuevamente,
y llegar...
que llegas,
y estás tan cerca,
todavía...

Panorama:
allí te cree,
nos creamos dentro
del abierto límite
de un territorio medio

del espacio...

Lo Cíclico
que culmina
en la repetición de lo nuevo:
(es) la Diferencia


del sistema de tu mirada

que me lanzó,
me lanza
hacia aventuras
en tu imágen
múltiplicada.

Me atraes.
Me atraigo a caer:
ya sin padecimiento,
ya sin dolor,
seguro de quererte
y procurándolo.

Yo siempre quiero volver:
(tenés que entenderlo)
porque soy valiente,
de saberte
dispuesta
a la vida:

Al conocimiento de lo doble
de la mutación;
no de la verdad
sino de lo importante.

3 comentarios:

  1. Ahora te escribiría sobre una canción, sobre un instante potencia de canción, de melodía, de verso, de arte sostenido en espacio sideral, de caricias suaves en el alma. Ahora te escribiría sobre la ausencia de aire, pero nunca sobre el principio de asfixia, porque no hay tal cosa. Ahora no. Al menos.
    Y te escribiría también, sobre mi libertad limitada que tanto conocés, que sabés idealizar, como el resto de las cosas, como la canción, el verso, el arte.
    Y solo por eso. Solo por el espacio entre los dos que me atreví a respirar, en busca de lo mágico (lo real), solo por eso Te escribiría. Ahora.

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  2. Letra a letra respiro entre medio de todo,
    acercándome al desvelo de lo cometido.

    Aire de nota al aire.
    Me entrego al sonido que es principio
    y a la vez final de una resonancia.

    Arco del camino de los extremos,
    cuerda en el puente.

    Clave nocturnidad,
    canto del ave libre de la duración
    (de veloz vuelo),
    en el bosque de los designios secretos
    de los actores que afinan las voces
    con la que te nombras para mi;
    cuando tu risa
    dirige el movimiento de las sombras del baile,

    cuando tu ahora se hace melodía,
    en mi ausencia de plegaria afortunada
    en la danza ínitma de nuestros opuestos.


    Escribes e inventas en un transcurso de pentagrama sin silencios, toda pausa...
    el posible juego de nuestros intervalos.


    Tiempo del tiempo,
    recorrido en la curva de tu silueta, instrumento, ritmo y escala de cielo;
    hallazgo múltiple de huidizo instante;

    Música de la música.
    Estas completa.

    Deseo de mi deseo, vibro mejor
    cuando me alcanzas,
    interpretando el acento
    que nace de aquel preciado acorde
    tan armónico como disonante.

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  3. Música, dijiste. Pero mis letras se consumen como cada vicio y cada noche, mis letras que sé: no son mías.

    Componer declarando en valores de belleza el orden en el caos, componer como versos que caen en el lugar e instante y modo y manera exacta, o no. Caer por pura ley de espontaneidad. LEY de espontaneidad? Ley de leyes, inversa, adversa, sonido multiplicado en ecos constantes y perfectos. Ecos como repeticiones completas de ayer, que es hoy. Que es nada.

    Y las letras no son mías, lo sé, lo entiendo, lo veo, como luces que me conquistan en todos y en cualquiera de los sentidos y las formas.

    Las letras no son mías, y las ordeno para vos.

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