La forma del miedo concluye
Enamoramiento.
Sacrificios hacia finales de orfandad bajo cada beso
es
la infinitud.
Era la añoranza
el ritual
en tu abrazo
de elixires el lugar.
Atuendo
de suposiciones
que tiento de aromas
al retenerte allí
el retorno, hoy,
más cercano
pero
ya
fuera
de mi.
Y la moneda de sueño que enseña
lógicas de la incertidumbre
incertidumbre y lógica del sentir
en la interpretación de una falta
del querer,
de una grande ausencia,
y comienzo
cuando dice:
Hombre,
no serás
un Mundo
que corra
detrás de ti.
Tenías razón, amada.
Seré un oceáno.
No seré allí donde sueñas
sólo serás un fragmento
en la plenitud
de un desencuentro mío.
Hermoso desencuentro;
querer lo que era
o lo que podía ser:
en la nada el color
natural de una excusa
pues nunca dije que abandonaba
y acaricio la tierra.
Yo descifraba tu enigma
el calor
de tu inicio
al probarte (y lo hice).
Descubrir del infinito
el tiempo exacto del viaje
amando acertadamente.
Sin nunca
concluir
de
saber/te
fuera
del murmullo
de un mar
adentro.
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Anticipatorio, como siempre.
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